El pan de maíz de The Witches

el pan de maíz de The Witches

Hace casi dos años, cuando murió Nicholas Roeg, les hablaba en esta página de la adaptación al cine de Las brujas de Roald Dahl que hizo en 1990. Personalmente una de mis películas infantiles favoritas, además de que, ya lo saben Dahl es también uno de mis escritores de libros infantiles preferidos. Con esto en mente, y el hecho de que detesto a Anne Hathaway como actriz, es difícil ver la nueva adaptación de Robert Zemeckis con los ojos frescos, pero quise hacerlo ya que comparar dos adaptaciones de un mismo libro en términos de mejor/peor me parece que no tiene sentido y hay que considerar cada obra por separado. Así que hoy hablamos de el pan de maíz de The Witches.

Tomemos en cuenta dos cosas: uno, que Zemeckis siempre le ha apostado a los efectos especiales de una forma juguetona y divertida (Death Becomes Her es una cinta que quienes fuimos niños en los 90 nunca vamos a olvidar), y que esta es una película para niños y su estética corresponde a una línea que puede ser que como adultos nos cueste trabajo asimilar, pero no es su propósito tampoco. Lo digo porque ya los vi quejándose del CGI muy decepcionados de que Guillermo del Toro no usó ratones parlantes reales para la producción. Treinta años entre las dos obras significa también que están hechas para públicos muy distintos.

The Witches, 2020

Creo que el primer gran acierto de Zemeckis fue justamente alejarse en varios puntos argumentales de la película de Roeg y del libro de Dahl, de manera a que quienes conocemos bien ambas obras nos sintamos sorprendidos y hasta asustados en momentos donde no no lo esperábamos. Pasamos de una historia que se desarrollaba en Noruega e Inglaterra a un colorido set en en sur de Estados Unidos. Y para evitar la comparación entre la bruja mayor de Anjelica Huston y la de Anne Hathaway, se le dan características muy distintas a la segunda, entre ellas que es un personaje a veces cómico que recuerda más al gato de Cheshire que a un villano realmente malévolo.

En cuanto a los ratones, le podrían haber bajado dos rayitas a los chistes de que Bruno (Codie-Lei Eastick) es gordo y siempre tiene hambre. Fuera de algunos detallitos de ese estilo logré disfrutar de esta película como una niña, incluso temer realmente en algunos momentos por el destino de sus protagonistas y sentir escalofríos. Así que recomiendo ver esta película con la mente abierta y tiempo para pasarla bien. 

el pan de maíz de The Witches

Hablando de detallitos, parece que Octavia Spencer está condenada a cocinar pollo frito en todas las películas en las que aparece. Bueno, estoy pensando en The Help (Tate Taylor, 2011). O más bien que en Hollywood no pueden situar una historia en el sur de Estados Unidos sin hablar de este platillo (chéquense mi receta de el pollo frito de The Green Book si les interesa aprender a hacerlo). 

En la película de Roeg, la escena con la sopa de berros es primordial, y en esta nueva sí hay una sopa con ratonificador (aunque aquí es de chícharos y sin ajo), pero también una secuencia muy linda en la que la abuela (Octavia Sepncer) hace por su nieto (Jahzir Kadeem Bruno) lo que las abuelas hacen: cocinar un montón de cosas deliciosas para ellos. Y decidí quedarme con la del cronbread o pan de maíz, ya que es el primero que el niño parece disfrutar, y una receta muy fácil que no tenía todavía en la página.

El pan de maíz gringo es muy distinto al panqué de elote mexicano, empezando porque se hace con harina de maíz, pero no la nixtamalizada que usamos para las tortillas. Además, se hace en un sartén de hierro, a menudo en un bbq, aunque no es obligatorio tener uno y ustedes pueden prepararlo en un molde de pastel en el horno. Les comparto mi receta para que la disfruten junto con la película.

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