El risotto de Modern Love

En Modern Love se retratan muchas formas de amor. Romántico sobre todo, sí, pero también familiar, y amor propio, y uno muy profundo por los amigos y los hijos. No todos los episodios son lo que prometen. Impresionada con la eficacia del primero, donde Christin Milioti hace el papel de una chica soltera a punto de ser madre, también salí un poco decepcionada del cuarto, en el que Tina Fey y John Slattery son una pareja tratando de salvar lo que queda de su matrimonio.

Siento que hubo dos errores: privilegiar el estrellato y las actuaciones sobre la historia (no se puede contar todo en 30 minutos y hay que lucir a semejante cast), y pasarse una rayita de cursi. Una nada más. Por ejemplo, el papel de Anne Hathaway, una chica bipolar que se rehusa a compartir su diagnóstico, sacando de quicio a quienes la rodean, tenía absolutamente todo para hacerme sentir identificada. Pero el guion eligió centrarse en dos números musicales pasables que si bien retratan acertadamente los episodios maniacos de la protagonista, le quitan mucho tiempo al capítulo. Tiempo que me hubiera gustado ver invertido en adentrarse más en el mundo interior del personaje.

Digo esto y puede parecer una queja, pero no podía salirles mal tampoco. Una actuación espectacular tras otra, Modern Love te roba el corazón  y te deja con ganas de más capítulos, más amor en tu vida, más citas para los personajes, más temporadas, por favor.

El risotto de Modern Love

Como les decía antes, hay muchos platillos en esta serie que me tentaron a escribir al respecto, pero el ganador es el risotto, en gran parte porque este episodio «So He Looked Like Dad. It Was Just Dinner, Right?» fue uno de mis favoritos. Todo gracias a Julia Garner, que en los últimos años se ha lucido con papelazos súper interesantes en series como Ozark, Dirty John y Maniac, convirtiéndose en una de mis actrices favoritas.

En este capítulo hace el papel de Maddy, una chica de 21 años cuyo padre murió cuando ella tenía 11, y que busca un sustituto en un un hombre mucho más grande que ella que trabaja en la misma empresa. Un punto de vista sobre los llamados daddy issues que la televisión raramente se da el tiempo de analizar. El hombre en cuestión, a quien ella llama El Genio, la invita a cenar a su casa. Le prepara un risotto que le da a probar con su propio cubierto en una actitud tan paternal y romántica a la vez que resulta representativa de todo el episodio. Uno de mis momentos favoritos de la serie.

Como no especifican qué tipo de risotto es, les paso la receta del de alcachofas, que es mi favorito.