El soufflé de chocolate de I Used to Go Here

El soufflé de chocolate de I Used to Go Here

Estaba ansiosa porque llegara el lunes, porque ya quería escribirles sobre el soufflé de chocolate de I Used to Go Here (Kris Rey, 2020).  Kate (Gillian Jacobs) es una recién publicada escritora de 35 años que se entera de que la gira de promoción de su libro fue cancelada. Cuando David (Jemaine Clement), su antiguo profesor de la universidad, la invita a hacer una presentación en su alma mater, Kate decide ir y tratar de recuperar la confianza en sí misma.

Esta cinta agridulce retrata de una forma realista ese momento incómodo a la mitad de los treinta, cuando nuestra generación no ha logrado lo que esperaba a quince años de la universidad y todo lo que prometía. Kate se ve involucrada en la vida y drama de los nuevos aspirantes a escritores April (Hannah Marks) Hugo (Josh Wiggins) y otros más, en un nostálgico y anticlimático esfuerzo por volver a sentirse joven y llena de esperanza.

Anticlimática es aquí la palabra clave porque I Used to Go Here lo es, como la vida misma. La historia de Kate nos parece natural y justo refleja la vida a esta edad en la que ya nos cayó el veinte de que no somos las heroínas del cuento. Ya estuvimos casadas o a punto de hacerlo y nos dimos cuenta de que el anillo de compromiso no era el punto donde de pronto éramos felices para siempre.

A través de muchos momentos que parecen anodinos, Rey nos pinta en esta cinta con detalle lo que ya todos hemos aprendido desde que nos graduamos: que tus sueños tienen pocas posibilidades de cumplirse, que los intereses amorosos duran los 45 minutos en los que te tanto el vato que idolatrabas como al que despreciabas pero ahora parece cool te acosan sexualmente, que quien eras a los veinte años no te define para siempre y que fallar está bien y la vida está en el proceso y no en los resultados.

Esta última lección, sin ser sin embargo moralina, se sugiere en varias escenas, pero mi preferida es cuando Brandon alto (Brandon Aley) aprende a hacer un soufflé de chocolate. El postre que siempre se va a desinflar en cuanto lo saques del horno es una bonita analogía de lo que sucede con Kate después de graduarse de la escuela y nos da esperanza cuando «sólo Brandon» dice «está bien, de todas maneras nos lo podemos comer, ¿no?»

Quizá Kate escriba otro libro. Quizá nosotros también podemos todavía reescribir nuestras historias y perdonarnos los fracasos.

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