La jalea de dátil de Aladdin
Ok, esta vez es un poquito de trampa. La jalea de dátil de Aladdin no es un plato emblemático de la película, sino un pretexto para hablar de ella en este lunes de cine. Aunque sí la mencionan en más de una escena, tampoco crean que me la saqué de la manga por completo.
Aladdin (Guy Ritchie, 2019) es el remake en live action del clásico de Disney de 1992 que lleva el mismo nombre. Es la historia de Aladino (Mena Massoud), un ladrón huérfano del pueblo de Agrabah quien junto con su mono Apu sobrevive apenas en las calles. Un día conoce fortuitamente a la princesa Jazmin (Naomi Scott) quien pasea en disfraz por el mercado. Cuando intenta acercarse de nuevo a ella, es capturado por Jaffar (Marwan Kenzari), quien lo obliga a entrar en la Cueva de las Maravillas para recuperar una lámpara que, todos sabemos, es maravillosa.
Atrapado en el interior, Aladino frota la lámpara para limpiarla y de ella sale un genio (Will Smith) que le concederá tres deseos. Una oportunidad perfecta para salir del aprieto y conquistar a la princesa.
La reseña
Comencemos por las razones para ver esta película. Si bien es cierto que otros remakes de Disney se traducen mal de la animación al live action como es el caso de Beauty and the Beast de Bill Condon, ha habido también muy agradables sorpresas como The Jungle Book (Jon Favreau, 2016). La preocupación de mucha gente en redes recaía sobre Will Smith, quien juega el papel del genio, uno de los más icónicos personajes de Disney por la interpretación de Robin Williams (Mrs. Doubtfire) en su versión animada. Sin embargo, así como en la primera cinta, el genio es uno de los aspectos mejor logrados de la versión de Ritchie (Snatch, King Arthur: Leyend of the Sword).
Quizá hay otros aspectos que dábamos por hecho que iban a resultar increíbles y decepcionaron un poco al final. El CGI (imágenes generadas por computadora) es muy notorio. También, a ratos los vestuarios impecables nos hacen demasiado conscientes de que estamos asistiendo a una representación. Y si bien no se espera que estos personajes sean tan complejos, la actuación de Marwan Kenzari como Jaffar resulta risible en muchas escenas, pues el personaje parece un poco ridículo y no tan aterrador como el villano en caricatura.
Llevamos años criticando a las princesas de Disney por ingenuas e incompetentes. Aunque se ha intentado cambiar esto con Bella y Cenicienta, las historias que protagonizan son difíciles de modificar para verlas suficientemente empoderadas para nuestra época. No es el caso de Jazmin, ya que esta nueva versión resuelve el problema muy bien. La ambición de esta princesa es ser sultana, no que la ley le permita casarse con un plebeyo. Y esto permite que la historia se desarrolle casi de la misma manera pero tenga una resolución más ad hoc con los estándares feministas actuales. Esto da lugar a una de las varias adiciones a la trama original: la canción «Speechless» y el número musical que la acompaña.
La jalea de dátil de Aladdin
Independientemente de sus defectos, Aladdin es una película divertida y encantadora. Fui a verla con mis sobrinos de 4 y 13 años y a ambos les encantó, lo cual demuestra que cumple con su propósito de ser una película para niños eficaz. Como les decía, el platillo elegido no es emblemático de la cinta. Pero quienes ya la hayan visto recordarán la graciosa escena en la que de pronto todo gira en torno a las jaleas que el príncipe Alí de Abbabua le trae al sultán y la princesa. Para mí es pretexto suficiente para darles la receta.
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Ingredientes
para la jalea de dátil de Aladdin
- 100 gr de dátiles sin hueso
- 1 taza de jugo de manzana
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/4 cucharadita de canela en polvo
Y se cocina así
- Pica groseramente los dátiles y colócalos en una olla junto con los demás ingredientes
- Calienta hasta que hierva y cocina por 20 minutos removiendo constantemente
- Pasa a un frasco esterilizado y deja que se enfríe por completo
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