Pola Cocina - Recetas de comida

En toda cocina necesitamos tener algunas hierbas de olor de cajón. Pero no siempre sabemos cómo guardar hierbas frescas. Yo soy de la opinión de que hay que tratar de tenerlas en maceta para usar sólo lo que necesitemos y que estén siempre a la mano. Lo malo es que, siendo sincera, soy una asesina serial de plantitas. Vivo en un cuarto piso con todas las ventanas orientadas al norte, lo cual es excelente para tomar fotografías y terrible para tener plantas.

Así que seguido me veo en la necesidad de comprarlas. El primer tip que les puedo dar, es que procuren comprarlas en el mercado y no en el súper. Si no se puede, elijan aquellas que vienen en manojo amarradas y no las que vienen en cajita de plástico. ¿Por qué? En primera, las de cajita contaminan más. Y aunque en teoría están diseñadas para que el aire circule y no se marchiten, el tiempo que toma de que las cortan y embalan a que llegan al súper es mayor, por lo tanto suelen estar menos frescas.

En muchos lugares cometen el error de rociar las hierbas de olor con agua para que se sientan frescas. Esto hace que se marchiten más rápido. Así que hay que intentar elegir las menos húmedas, secarlas lo más pronto que se pueda y no lavarlas al llegar a casa sino hasta que se vayan a usar.

Después, la forma de almacenarlas depende de cada una. Les dejo las instrucciones para cuidar mejor las que yo uso más seguido.

SI LES INTERESA CÓMO guardar HIERBAS FRESCAS

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Tips para conservar hierbas frescas

Albahaca: en un vaso con agua, fuera del refrigerador como harías con un ramo de flores. Hay que cuidar que no esté cerca de la estufa

Cilantro: a menudo viene con raíces, hay que ponerlo también en un vaso con agua y luego cubrir las hojas con una bolsa de plástico y meterlo al refrigerador

Hinojo: en un vasito con agua también, y en el refrigerador, pero sin bolsa

Perejil: se envuelve en una bolsa de plástico y se guarda en el refrigerador en el cajón de las verduras

Menta, yerbabuena y epazote: mojamos una servilleta de papel grande (debe quedar húmeda, no empapada) y envolvemos en ella la menta o la yerbabuena; se guardan en el refrigerador y hay que humedecer de nuevo la toallita de papel cuando sea necesario