El Shirley Temple de Once upon a Time in Hollywood

El Shirley Temple de Once Upon a Time in Hollywood

Por fin el viernes pasado llegó el momento de ver en México el muy esperado más reciente filme de Quentin Tarantino. Por supuesto que tenía que comentarlo y hoy lo hago bajo el pretexto de traerles la receta de el Shirley Temple de Once Upon a Time in Hollywood. 

Una de las cosas más características y hermosas de la obra de Tarantino, es que cada una de sus películas es una oda al cine en sí. Sobre todo, pero no exclusivamente, al que se hacía en Hollywood en los años 60 y 70. Esta cinta es quizá el ejemplo más claro. Es 1969 y Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) es un actor acostumbrado a los personajes de cowboy en decadencia. Su doble, Cliff Booth, se ha convertido en su asistente personal. Ambos luchan para recuperar sus carreras en una industria que también está dejando detrás sus mejores años.

Sin embargo, aunque la película trata de eso, la historia llega a parecer tan solo un pretexto para mostrar todo un catálogo de escenas que de no ser porque Dalton es actor, no tendrían relación entre sí. Western (tanto gringo como spaghetti), película de mafiosos, de guerra, videos musicales al estilo de los 60,  film noir: los géneros se mezclan y confunden en esta obra que me atrevería a llamar, por elegir uno solo, una comedia. El personaje de DiCaprio, alcohólico, triste, con cero capacidad de reírse de uno mismo, es a la vez entrañable y gracioso y le da la oportunidad al de Pitt de ser una excelente contraparte de diálogos hilarantes.

Metahollywood

Tarantino se divierte recordándonos constantemente que esta es una película. Esta, y las que hace Rick Dalton también. Y las que él ha dirigido antes: Inglorious Basterds, Django, Pulp Fiction. Y las otras, las de los demás directores: Sunset Boulevard, The Shinning, Lady Snowblood, The Great Escape, Hammerhead. Todas. Las referencias dentro de referencias se confunden entre sí dejándonos una cosa muy clara: esto es un show.

Ni siquiera nos deja una canción de fondo el suficiente tiempo para convertir la escena en un montage. De la misma manera, en el segundo en que comenzamos a creer una historia de vaqueros, alguien se detiene y pregunta su línea. O los actores, que ven en la televisión sus propias escenas, las comentan.

Y mientras, en el fondo al principio, luego poco a poco más a cuadro, se cuenta una historia que pasó había una vez en Hollywood. La de Charles Manson (Damon Herriman), Roman Polanski (Rafal Zawierucha) y Sharon Tate (Margot Robbie). Cómo los hechos reales que todos conocemos encajan en esta metapelícula se lo tienen que dejar al genio de Tarantino. Sin spoilers. 

El Shirley Temple de Once Upon a Time in Hollywood

Y una de las referencias más sutiles, y por lo tanto encantadora, fue la que se hace en una de las primeras escenas a la actriz infantil Shirley Temple. Esto en forma de la bebida que le sirve el cantinero a Dalton. Algo incongruente con el personaje un poco alcohólico, ya que esta bebida no lleva ningún ingrediente espirituoso. Aunque tiene su versión con vodka, el Dirty Shirley Temple. Por supuesto que no iba a darles la receta de los macarrones de cajita o la comida de perro, sino la de el Shirley Temple de Once Upon a Time in Hollywood. 

Con todo, esta es una película extraña dentro del cine de Tarantino. Consciente y concienzudamente anticlimática, quizá quienes se esperan al ritmo de Kill Bill o lo aparatoso de Django se sientan confundidos. Tengo ganas de decir que Once Upon a Time in Hollywood es a Tarantino lo que Inland Empire a Lynch. ¿Ustedes qué opinan?

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