Los beignets de A Little Princess (1995)

Hoy en recetas de película, quiero pasarles la de los beignets de La Princesita. A Little Princess es una novela de Frances Hodgson Burnett que ha sido adaptada al cine en tres ocasiones. La primera en 1939, dirigida por Walter Lang y William A. Seiter es recordada sobre todo porque Shirley Temple interpretó el papel protagónico. La segunda fue una adaptación inglesa de Carol Wiseman en 1986. Quizá la versión más conocida sea la que Alfonso Cuarón (Roma, Y tu mamá también) dirigió en 1995.

Esta es la historia de Sarah, una niña huérfana de madre quien al principio del relato vive con su padre en la India. Cuando él es enviado a la guerra, manda a su hija a un internado para niñas en Londres. Debido a la fortuna de su padre, Sarah es recibida en ese lugar como una invitada de honor, pero al morir éste de malaria se ve rápidamente reducida a sirvienta.

Existen muchas diferencias entre el libro y la adaptación de Cuarón, comenzando porque ésta se sitúa en Nueva York en lugar de Londres. Además, en la historia original, la difunta madre de Sarah era francesa, mientras que en esta versión era americana.

Los beignets de La princesita

Esta última licencia poética por poco nos deja sin un delicioso (literalmente) detalle de la historia, que es el desayuno con el que el internado recibe a Sarah en su primer día. Se trata de unos panecillos llamados beignets, que es el diminutivo de beigne, “buñuelo”. Técnicamente, un buñuelo se hace friendo masa de pan, como las donas o los churros.

Los beignets se encuentran en toda Francia con diferentes nombres: bugnes, merveilles, nouets, entre otros. En Nueva Orleans, dónde son también famosos, los beignets tienen forma de rombo. En casi todas partes se espolvorean con azúcar glass. Una variante es mojar un trozo de fruta o verdura (manzana, por ejemplo) en la masa y después freírla para que queden beignets rellenos. Pero los beignets de la princesita son estos.

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