Magdalenas de limón
Hace poco fui con mi sobrina a buscar un regalo y me encontré con una charola de magdalenas, esos pequeños panes franceses en forma de concha. Me encantan las magdalenas de limón y tengo mi casa decorada con motivos marinos, así que tenía que comprar ese molde. Además, ando en una especie de racha de recetas de desayunos.
Supuestamente, las magdalenas se llaman así en honor a Madeleine Paulmier, una sirvienta de Commercy que en 1755 preparó esta receta de su abuela en la casa en que trabajaba, después de que el cocinero renunciara de improviso durante una cena importante. Según esta historia, los panes emigraron a España, donde también son comunes, gracias a los peregrinajes de Compostela. Su forma tradicional se debe a que originalmente se horneaban en conchas de vieira.
Como nunca había usado estos moldes, arruiné las primeras dos tandas de magdalenas de limón, pero a la tercera ya quedaron perfectas. El secreto consistió en engrasar los moldes con pura mantequilla, colocar poca masa fría en el centro de cada uno sin extenderla y desmoldar las magdalenas en cuanto salgan del horno. Para esta receta usé ralladura de limón, pero puede sustituirse por una cucharadita de esencia de vainilla.
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Ingredientes
- 120 gr de mantequilla + para engrasar los moldes
- 3 huevos
- 1 taza de azúcar
- la ralladura de 1 limón
- 1 1/2 tazas de harina
- 1 cucharadita de polvo para hornear
- azúcar glass para espolvorear
Y se cocina así
- Derrite la mantequilla y déjala enfriarse sin refrigerarla
- En un tazón, bate los huevos con el azúcar hasta que espesen, esto toma unos 5 minutos
- Incorpora la ralladura de limón
- En un tazón aparte, cierne la harina con los polvos para hornear; incorpora a la mezcla de huevo con movimientos envolventes
- Añade la mantequilla y mezcla; tapa y refrigera la masa
- Mientras se enfría, precalienta el horno a 180ºC y engrasa los moldes de magdalenas
- Coloca en el centro de cada molde una cucharada de masa, cuida que no sea demasiada
- Hornea durante 12 minutos
- Desmolda las magdalenas y déjalas enfriar en una rejilla; espolvorea con azúcar glass cuando estén frías.
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